H Y P E

Nuestro futuro lo sueña alguien más

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“No es posible vivir mucho tiempo sin despertar hostilidad;
no es posible complacer a todo el mundo,
porque cada cual quiere una cosa diferente.
Si complaces a uno, disgustas a otro.”

-Philip K. Dick “Ubik”-

“¿Sueñan los androides?”

-Rick Deckard-


¿Estás seguro que todo lo que recuerdas en realidad sucedió? Si fuerzas la mente ¿qué tan atrás de tu vida puedes recordar con exactitud? Hay momentos que más que parecer un momento de vida, parece simplemente un flashazo de algo que sucedió pero no estás totalmente seguro que te haya sucedido a ti. Estás en el mundo seguro (?) que has vivido todas esas cosas que recuerdas y otros ayudan a reforzarlo. Pero, en serio ¿seguro que eres lo que te dicen? Puede, tal vez, que seas un androide con memoria implantada y en este preciso momento, al otro lado de la puerta de entrada de tu casa, departamento, cuarto, donde estés, se encuentre un Caza recompensas a la espera de poder atraparte y cobrar por retirarte —darte cuello como se le conoce en el argot— o puede,  simplemente que seas ese Caza recompensas y busques atrapar al próximo Andy.


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Rick Deckard es un Caza recompensas —O Blade Runner como se le conoce en la película— que se dedica a retirar androides que viajan a la tierra desde Marte —de las colonias de humanos que se encuentran allá. Su trabajo es sencillo, aunque peleado, por cada androide muerto le dan una suma de dinero. Simple, fácil u sin contratiempos, no sucede nada, a fin y al cabo son máquinas creadas por el hombre, lo que les da el derecho de destruirlas en cualquier momento que el hombre decida hacerlo. Es de esa forma que le gustaría pensar y sentir a Deckard, sin embargo, conforme pasa la lectura de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Nos damos cuenta que no es tan fácil como parece. Hay algo en lo que Philip K. Dick hace mucho énfasis en este libro: la empatía entre seres humanos, es eso lo que define a toda una raza que está —como siempre— al borde de la desaparición, ya sea por el polvo, o simplemente porque la constante evolución en una sociedad distópica como esa lleva a ser humano a una degradación total: intelectual y físicamente. No hay en realidad un futuro claro y seguro en la Tierra para una raza que se ha encargado de perderlo todo cuando cree lo contrario.

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En ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? No hay en realidad algún bueno o malo, simplemente son dos especies —sí, los androides ya pueden definirse, por su forma de actuar, pensar, como una especia— que están en conflicto ya que una de ambas sigue, incesantemente, luchando por el dominio que cree merecer. Esta es una novela que va mucho más allá de la anécdota futurista de un mundo atacado por oleadas de polvo radioactivo o el Caza Recompensas que busca a un grupo de androides para retirarlos. Durante la novela se hayan muchas de la dudas existenciales, no sólo del mismo agente, sino también de los mismos androides. Este es un mundo en el cual —más obligados que otra cosa— hay una veneración a los animales ya que están en mucho más peligro que los seres humanos a desaparecer. Hay situaciones y conflictos que ponen en tela de juicio el instinto del personaje que debe encargarse de los androides. El momento de la duda los ¿por qué? Que siempre dan vuelta por la cabeza de todo ser humano.

Hay opiniones divididas si la película es mejor o el libro. En este tipo de situaciones, cada uno se rige bajo diferentes miradas, ya que una es la interpretación de la otra y no siempre ambos autores persiguen los mismos fantasmas u obsesiones que es lo que primordialmente se representa en el trabajo creativo.

Lo que hace a ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Una novela, a mi parecer, extraordinaria, es la manera en que se narra la historia como una trama policiaca cualquiera, pero es ahí donde radica la maestría del autor, ya que, sin caer en el aburrimiento de la exposición de temas complejos, le regala al lector todas sus inquietudes y el mismo lector las comprende, va mucho más allá de representar un mundo exótico de autos voladores, colonias marcianas o Nexus 6 que matan gente. Dentro de la novela se encierra una de las dudas máximas del ser humano —máximas y sencilla— ¿por qué? ¿Por qué matar androides cuando son tan “talentosos”? Incluso K. Dick hace un estudio teológico con algo llamado el Mercerismo que, básicamente, se fundamenta en aquello que diferencia a seres humanos y androides, el sentir empatía el uno por el otro.
 
Al fin y al cabo, algo hay que no puedes terminar de explicar. Simplemente Philip K. Dick me hizo faltar a mi regla de no repetir un autor al menos que ya hubiese gastado todos los que se me vinieran a la cabeza. Sin embargo, no me arrepiento y, estoy seguro, entre más lo lea, más querré hacer lo mismo.

¿Qué fue lo último que soñaste?

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