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“Creo que a pesar de que rebasemos la edad adolescente nos quedamos atorados en una falta de madurez, estamos insatisfechos con lo que sucede en nuestras vidas. Creo que a pesar de que rebasemos la edad adolescente nos quedamos atorados en una falta de madurez, estamos insatisfechos con lo que sucede en nuestras vidas.”
Alejandra Maldonado
"A chingar a su madre los hombres guapos, porque tienen verga y no la prestan."
Alejandra Maldonado
Con peligro a mamonerísmos empezaré esta Reseña Chida.
Gustave Flaubert retrató en Madame Bovary hasta dónde puede llevar el aburrimiento —tomando el mismo como un privilegio casi único de las clases acomodadas de la Francia del siglo XX—. Éste puede incitar a la búsqueda perpetua por algo qué hacer, que en el caso de esta protagonista “trágica” la llevó a la infidelidad, enamoramiento y la muerte por tragar, como si fueran Miguelitos, montones de arsénico… el caso es que el aburrimiento puede ser peligroso, o algo así.
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Aburrida en Bouveret, como dicta el título y sin ser nada ingeniosos para abrir, son las consecuencias del aburrimiento. Alejandra Maldonado narra las aventuras de una mujer en un estado constante de vitalidad a través de los excesos del alcohol, drogas, sexo y la vida al límite de los barrios más bajos —y rompesumadre— de algunas partes del mundo.
En este libro se nota un desprecio hacia la vida monótona y patetismo que es la vida misma. Hay un intento por resguardarse —por parte de la proagonista— de ese mundo repetitivo, lento e idiota, en las drogas. Dentro de los relatos hay una constante exaltación a las drogas, el desmadre, la fiesta, el simple movimiento de vivir, seguir yendo, constantemente, hacia delante, intentando, por los medios necesarios, no estancarse en un lugar aburrido.
La insatisfacción que aparece dentro de los relatos del libro puede considerarse la misma que, sino todos, la mayoría llegamos a sentir en cierto momento de la vida. Cuando buscamos la GRAN expectativa que siempre han dicho, pero a la hora de la verdad: siempre es más de lo mismo. Un círculo en el que todos estamos atrapados y aunque hay intentos incesantes por escapar, siempre se cae en alguna etiqueta más de tantas. Drogadicta, desmadrosa, sexosa, guarra y bien droga es el personaje en el que giran todas las historias de Aburrida en Bouveret.
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Olvídense de ese feminismo exacerbado y el himno constante de la “leona enjaulada que se quita el yugo machista del cuello”. Ella vive la vida como le viene y como se le da la gana. Estos son relatos que sucedieron y pueden ser el diario de viaje de Alejandra. Como pueden ser mera ficción como a la vez pueden ser autobiográfico. No se sabe en realidad, pero todos son, de muchas maneras, atractivos. Te hayas, como lector, en un punto que te sientes vouyerista… y es agradable.
El aburrimiento es el motor de la vida misma, el aburrimiento que sólo conocen las clases acomodadas y a veces los clasemedieros que sienten a su alcanceun mundo que es en realidad inalcanzable, pero al sentir el pesar que es estar aburrido se sienten un poco más ligados.
Los relatos pasan por extremos. Desde la situación más idiota e inverosímil, a situaciones tensas con dealers negros de Jamaica que desean sexo a cambio de muchos papelitos de cois.
No estoy diciendo que esta sea una próxima Madame Bovary, lo que en realidad intento decir es… bueno, no importa.
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