H Y P E

El Minichelista





Si quieren ir a beber un café, té, fumar, comer algún antojo, disfrutar sentados en cojines de una buena charla, sin duda esta es una excelente opción y les contare por qué.


En 2005 abrió El Minichelista y una de sus metas principales es que sus clientes se contagien de su espíritu y cada persona que los visite difunda y defienda sus ideales, intercambiando puntos de vista, pero principalmente respetando. 

Dicen ellos tener un estilo propio y no es de dudarse ya que al entrar lo primero que veras son objetos reciclados, mucho color, entre minimalista y como dicen ellos su propia corriente artística "minichelismo", ya que en realidad a mi parecer tiene un poco-mucho de todo.



Su estilo artistico se basa en que las contradicciones si pueden convivir armónicamente en un mismo espacio. Por eso, en vez de copiar las tendencias del momento, el minichelismo toma todas las gamas de formas y colores, estrambóticas, surreales y retacadas, para que convivan en una sola casa.
Ahora que si lo que te interesa es su selección musical, tiene en común que todas son buenas canciones en su género, podrás escuchar música nacional como internacional ( de todos los paises y generos que tal vez ni sabias que existían).

El Minichelista es una gran casona adaptada hasta el último rincón para servir café. Ya que sus baños, clósets, cuartos y salas, se adecuan para que los clientes se sienten. Hay desde sillas de dentistas y boleadores de zapatos, hasta tinas de baño, camas y sillones vintage. Si mientras tomas tu café se termina el tema de la platica, ese no es problema ya que también hay juegos de mesa y billar. Tengo que aclarar que es un lugar sano y no venden alcohol, es solo un pequeño lugar de relajación. 


 La especialidad es el superdulce café minichelista, con Kahlúa y escarchado con azúcar, (pero la verdad yo que no soy muy fan de lo dulce, me empalago mucho). También hay postres, papas a la francesa, hot dogs, alitas y nachos. Para quienes tienen mejor apetito están el salmón catástrofe, con salsa de tamarindo, y la pechuga minichelista, rellena de queso de cabra y ate, bañada en tres quesos.

Este es el trabajo, según ellos mismos, de cinco mentes “totalmente comprometidas con la expresión y difusión del arte y la cultura”. Esto se refleja en la decoración, pero también en los eventos de música en vivo o de diseño que el lugar suele organizar. No hay poses ni juicios. Se trata de promover la diversidad intelectual y celebrar las diferencias. El Minichelista lleva casi una década de ser el café con más onda de la ciudad. Aún así, para quienes no frecuentan Azcapotzalco, es un secreto. Merece el viaje por esos rumbos.