H Y P E

Lo andrógino como objeto de deseo

El término unisex se refiere a hombres como a mujeres, sin embargo es el punto de partida de la moda andrógina, una tendencia que sin muchas transformaciones, ha recobrado protagonismo durante los últimos años.





Esta moda permite la mezcla de prendas masculinas y femeninas hasta que se difuminen sus diferencias. No se pretende disfrazar el género de cada cual, sólo jugar con la ambigüedad que representa con las distintas maneras de presentarla, desde trajes elegantes, esmóquines, chaquetas, camisetas y pantalones ajustados.

Si nos vamos al pasado, podemos encontrar que la moda andrógina se remonta a la época en que Coco Chanel rompió con los paradigmas femeninos clásicos y diseñó prendas más sencillas, con líneas rectas y patrones un tanto masculinos.



Desde entonces, las mujeres también han optado por el uso de jeans (que antes sólo era bien visto en los hombres y en actividades de fines de semana),pero en la década de los 60, David Bowie y Mick Jagger optaron por coquetear con prendas femeninas, así inicia la estética andrógina, la cual recordemos era un tanto osada.




En los 90 se demandaban modelos muy delgadas para lograr esta apariencia, sin curvas, con poca cintura, cadera estrecha, facciones angulosas, hombros anchos y cuerpos un tanto fibrosos.

Para los hombres que quieren lograr un ‘look’ de esta manera, es necesario decirle adiós a los estampados, adornos y detalles, se tiene que buscar una austeridad y sobriedad.

Los modistos como Stella Mccartney, Frida Giannini, Gucci, Hermes o David Delfín otorgan ciertas libertades a la rigidez de los patrones masculinos hasta conseguir piezas femeninas de alma varonil.

Blazer largo, pantalón con pinzas o recto, camisa básica blanca de botones, cardigan, jerseys de cuello alto, traje de chaqueta, camiseta, chaleco, corbata, gemelos y zapatos planos de cordón son prendas propias de esta tendencia tan elegante como austera.

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