H Y P E

Horses and Gonzo



“There’s going to be trouble,” I said. “My
assignment is to take pictures of the riot.”
-Hunter Thompson-

Parece que en cierto punto de la historia el reportar las cosas tal cuales sucedían ya no era suficiente. Las noticias comenzaron a dirigirse a lo mismo siempre, no había ya alguna noticia que saliera particularmente de la rutina. El mundo —gracias a la devastación de la guerra— ya había visto casi todos los horrores que el ser humano podía cometer hacia si mismo: bomba atómica, genocidios, masacres. No es que dejara de haber noticias, parece que simplemente las noticias siempre eran lo mismo: un drama, desastre, algún horror, tras otro. La evolución humana nos orillo a un tiempo donde la muerte es algo tan común que aparece desde el horario de las 6 de la mañana hasta el última programa noticioso a las 12 am.

El derby de Kentucky es decadente y depravado se considera como el texto que inició el periodismo Gonzo —ese en el que el reportero se vuelve no sólo parte de la noticia, sino como el catalizador de la misma—. En este reportaje nos encontramos ante toda una crónica sobre el Derby de Ketucky, en éste encontramos los pormenores de lo que sucede, no sólo el evento en si, las carreras, las apuestas, sino todo aquello que rodea ese ambiente. La burguesía que ve, a través de situaciones como esta, un escape, o más bien, una excusa para pavonearse entre sus amigos. En una nota que bien pudo haber sido simplemente una palmada en la espalda de los organizadores de un evento tan importante, Hunter Thompson —que seguramente recuerdan por Miedo y Asco en las Vegas— nos da una visión total de todo sin  hacerlo necesariamente como una denuncia, sino que aprovechando como personaje principal su persona se da el tiempo y el espacio para hacer la crítica al ambiente snob del Derby.



Al leer El Derby de Kentucky es decadente y depravado de inmediato podemos remitirnos a la nueva pasarela artística de la Ciudad de México —Roma-Condesa— donde cada dos días encontramos aperturas de exposiciones de nuevos artistas, a las cuales asisten —con sus mejores galas como sacos robados a Ville Valo— las personalidades tanto de Televisa, Tv Azteca, revistas “alternativas” y tantos snobs que no sólo se ven a diario paseando con gatos —y camisetas de “salvemos a los animales”— sino también tenemos el infortunio de encontrarlos en todas las revistas “alternativas” que circulas por la ciudad. Algo así o parecido es lo que se encuentra en el texto de Hunter Thompson. Se nota un autor también cansado de ese tipo de estupideces y se dedica a cagarse en todos ellos. Se burla de los asistentes y hace que un evento de suma importancia para ellos se convierta, aunque sea por un momento, en su entretenimiento personal.


Si el lector busca, al acercarse a este reportaje, enterarse de las carreras, quién ganó, perdió o qué personalidades se dieron cita a ese evento. Puede mejor buscar en anuarios deportivos. Ya que Hunter Thompson hace de lo que debería ser un mero reportaje, un diario o bitácora de un viaje a lo más profundo de la sordidez y estupidez humana actual —actual para nosotros y las miles de galerías “romanas”—.

Leerlo puede ser benéfico para el lector que busca encontrar la falsedad en las demás personas que se sienten realmente unidas al arte. Además de ser el catalizador del periodismo Gonzo —del cual también reseñaré la gran obra que se conoce que es Miedo y Asco en las Vegas— puede utilizarse como una guía de viajero y un buen manual para reconocer a aquellos vacíos que sólo van a pavonear su miseria a los mejores momentos de la sociedad acaudalada.

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