H Y P E

¡Somos chavos de onda y nos gusta el Rock&Roll!


En situaciones de tensión entre sectores sociales, políticos y económicos como los de antes, como los de hoy, ha estado ahí como actor incomodo para unos, y como gran respaldo para otros: 
Es el rock nacional.  
Para bailar con las muchachas y vacilar sin ton ni son; para criticar al sistema político del país; para ir a Avandaro pidiendo "ray"; para incomodar con la palabra "Revolución". 
El MODO abre sus puertas al contestatario, bailable, histórico, iconico, no reconocido rock en español; 
el rock en tu idioma, el rock&roll mexicano. 



Dar cuenta del origen y la transformación del rock de nuestro país no es y nuca ha sido una labor sencilla. Es la historia de nuevas formas de comportamiento juvenil, y la experiencia de ser joven se transforma irreversiblemente. Se crea una categoría cultural. La historia del rock en México es tan vasta en información y experiencias que resulta dífícil congregarla en un solo espacio. 
El esfuerzo del Museo del Objeto del Objeto es de aplauso lento, primero, por la decisión de ceder su curadoría por una ocasión, a aquellos que realmente hacen al rock como expresión, como medio, negocio y a aquellos que lo mantienen decente a pesar de los años.
Nombres como Julia Palacios, Rulo, Camilo Lara, Alex Lora y más dan respaldo a esta muestra cargada de un trabajo de investigación tan increíble, que le entra lo melancólico. Investigaciones periodísticas, acervos personales e incluso objetos memorables (esos qué las mamas de los músicos guardan y aquí se agradecen) son el resultado de este trabajo del MODO, y lo que el visitante debe de estar más que encantado. 


Platicarles la experiencia es cometer un fatal error, estaba ansioso por contarles de todo: los objetos, fotografías, recuerdos y demás joyas, pero este trabajo es (fácil) el mejor que se ha hecho este año en el museo favorito de Colima y Orizaba, en la Roma. Desde los suetercitos de César Costa hasta las trenzas de Toy Selectah, el viaje es una maravilla. Se lo escribo en serio. 

Mire, para que se anime le platico de aquellos que me enchinaron la piel: Un boleto integro del festival de Avandaro, hojas de Gobernación sobre algunos casos rockeros, las escaletas de producción de los viejos programas de radio independiente, los cassettes de Molotov...
La muestra ofrece esa visión general del rock por testimonios, no por archivos. Sus protagonistas son los que pasan temas como las diferentes escenas, el cambio de tecnología, la represión, las diversas formas de difusión, las ya mencionadas relaciones con la sociedad civil, las luchas sociales. 

Por primera vez se realiza un recorrido de este genero en un museo. La multiplicidad de estos objetos habían sido resguardados con la poca esperanza de ser mostrados alguna vez, a menos de que tengamos el famoso "backstage pass". ¿El rock mexicano será merito suficiente para un investigación? ¿El rock mexicano siquiera existe? Alguno dicen eso, otros tratan de responder a estos cuestionamientos con hechos y nada mas.


La museografía ha sido concebida como una línea de tiempo, cada sala responde a un desarrollo de la historia del rock en el país. Primero la época de los covers: Johny Laboriel y Los Rebeldes de Rock, Los Teen Tops. Los coches año 50, la falda y la malteada como basicos en los cafe-cantantes. El nuevo ritmo entraba de influencia anglosajona y se mezcla con ritmos locales. Más tardaron las composiciones originales, que el gobierno con garras... ¿Sabían que Chuck Berry tocó en la ciudad? 

Y entrá lo que Olallo Rubio ( saludos radioactivo, donde quiera que estés) platica en sus documentales: El gobierno mexicano y el surgimiento del rock. Ya no era más de lo mismo y había más voces, asociado a manifestaciones y que encontró explosión en Valle de Bravo. El parte aguas en la historia, un público de sociedad diversa y que da a los jovenes el poder de expresarse abiertamente. La severa represión y censura, lo siguiente. 

Los ochentas con sus Caifanes y sus Fobia, que eran los de las victimas del Dr. Cerebro, pero también uno que otro de una banda por ahí que se llamaba Molotov, que después todo acabo en un Moderatto glam rock. Se desarrollan temáticas a movimientos sociales, la incesante acción cultural, su C.U. como el escenario; el sismo del 85, como afirmación y politización. 


Proyectos radiofónicos toman la escena y crean un genero periodístico. Compañías disqueras crean un mercado de independientes, no tan independientes. La difusión. Los emblemas del boom del rock tienen nombre y apellido, escenarios y souvenirs. Satelucos hacen rock folcloríko. Los de Tlanepantla, los de Juaréz y los de Santa Fe también. Las niñas piden bajos o guitarras como regalos de cumpleaños cada vez más seguido, o unos walkman si se carecía de talento, pero no de un buen oído. 

¿En la actualidad? Puedo ver a mi banda favorita a la par de grandes ciudades al menos una vez al año. Hay bandas que toman la misma línea del metro que yo tocando en escenarios extranjeros, tengo estaciones de radio especializadas y con algo de presupuesto. Me puedo dar el lujo de compartir mi gusto musical con cientos más, y más, que cada día se hacen demasiados. Hubo patrones de creación y consumo. Existe un público que se distribuye. El norte manda en cuanto a música obedece, el sur no se deja, la capital menos. 

Hay muy diversas formas para disfrutar y relacionarse con ellas. 

Vaya a visitarla y que no le cuenten. Y los escépticos, verán no solo qué el rock mexicano si existe y existió, sino que además podrán comprobar que ha arrojado grandes bandas, canciones memorables y personajes inolvidables. 



Museo del Objeto del Objeto MODO
Colima 145 Col. Roma 
Miércoles a Domingo de 10 a 18 hrs
@museomodo