H Y P E

A DIARIO.


Tengo una labor de escribir sobre una ciudad. David Byrne se refiere a las ciudades como los lugares a los que uno solo va a trabajar, no se puede criar a los hijos y se tiene que escapar lo más pronto posible. 
Aún así, esos monstruos demográficos suelen tener chispazos de crecimiento. Pueden reinventarse. 
Pueden envolver y definir a aquellos que la toleran. Mi ciudad esta volcada en caos, y nadie la tolera más...
Esto parece cosa de diario. 

A diario parece molestar más, parece inquietar, parece desafinar una armonía que existía tiempo atrás. A diario se escucha un reclamo ¿general? Reclaman unos, señalan otros, difieren todos, contemplan más.
Son los mismos problemas, no es la misma ciudad. Muchos andan a pie, otros se aferran a su volante, otros se preocupan por la situación, otros no saben que pasa, solo lo ven pasar. 

Mi ciudad se convierte en un escenario. Siempre ha sido escenario. A veces político, a veces social, cultural, global, mediático, escenario al fin. Todo pasa aquí. Todos recaen, nadie se va, todos se quejan. Todos opinan, pocos se informan. ¿Información? ¿Análisis? ¿Involucrarse? Eso no es diario.

¿Como se escribe de una ciudad que está harta? Si uno esta harto, se vuelve monótono y no funciona más. Taxistas, comerciantes, ciclistas, estudiantes, microbuseros. El sentimiento es usual. Parece que no. Vemos y escuchamos que sí. Unos argumentan, otros saben que significa argumentar. Hay vándalos y vagos en las calles. Hay razones e ideales en las calles. Existimos los que no tomamos partida, porque nos preocupa más una ciudad que un sindicato, un problema más que un medio. Existimos los que vemos y los que observamos. 



Esta ciudad siempre ha sido caótica, se tolera el fútbol, se toleran las festividades. Se tolera la desinformación. Se tolera la violencia. Se toleran las malas decisiones. Nos toleramos y avanzamos, al menos aquí, más que en otras ciudades. Nos llaman la ciudad en crecimiento. Somos tan productivos como queremos y tan olvidadizos por igual. Nos llama cambiar, pero no acabamos de concretar. 

La ciudad se sacude, naturalmente. Tiembla de nervios por llegar a tiempo, también por saberse invadida. ¿Es esa la solución? Todos necesitamos ese momento de atención. Reclamar. Agitar los brazos de vez en cuando. Aquí se ve a diario, que más podía pasar... Diario hay alguien exigiendo, diario hay quien lo escuché, diario salen y son más. Diario hay política y ese mal parece no descansar. 

No estamos para dar puntos de vista, para definir posturas, para clasificar. Aquí se intenta realizar un buen trabajo, tanto como se pueda lograr. No estamos escribiendo "El es" o "Aquellos son". No podemos hacer como que nada pasa, nuestro pretexto para escribir, esta cubierto con lonas y mantas, con tráfico y demandas, con opiniones y demás. 



Las ciudades, dice Byrne, se pueden mantener siempre y cuando su gente se sepa capaz de atar cabos. La supervivencia. La eficacia. Hasta la paciencia. No dar vueltas en un auto buscando un lugar de estacionamiento, salirse a caminar, disminuir el trafico y empaparse de peculiaridad. Distrito Federal parece no poder más, su gente necesita vías para caminar. Dispuestos o no, habrá que esperar. 

Podríamos hablar de museos, de fiestas, de espectáculos, de bicicletas y hasta más; simplemente amigo, no tiene caso, porque en esta ciudad, así de plano, no vemos como vayas a llegar. Podrías aventarles el coche, podrías salirte en longboard, podrías aventarte al metro, pero te van a bloquear. Corres el riesgo de ser arrestado, de salir golpeado, o de salir informado. Así como esta mi ciudad, no se sabe que pueda a pasar. 
Podrías acercarte y conocer, no de más porque la ciudad apesta a coladera abierta, a metrobús anclado, a noticiero manipulado. 

Informarte, no clasificar. Apuntar, más no categorizar. Deducir, con criterio suficiente. Adaptarse, porque se vive en una gran ciudad. Apoyar, si se merece apoyar. Debatir, si se requiere de tal. Aceptar, difícil, si se cumple con todo lo demás. 

Un diario suele recibir los pensamientos más honestos de su escritor. 
Quizá este es el diario de un ciudadano más, las cosas aquí, a diario suelen pasar.