Hace un par de años, viví una de las relaciones más raras y largas que he tenido en mi vida, los dos le dábamos cañón a la ñoñada y así fue que, cuando las cosas se iban directo al agujero, nos dijimos "necesitamos pasar más tiempo juntos", pero el planteamiento se nos salió totalmente de las manos, y resulto en algo más o menos así "Y si compramos Call of Duty y jugamos en red?".
Talvez no sea la persona mas winner en las relaciones amorosas, y respondí " No mames, es la mejor idea que has tenido en el año". Error fatal, porque no paro ahí la cosa, bueno fuera que Call of Duty llegará a darle ese toque romántico a mi vida de "como no te puedo disparar en la vida real, aquí si te doy en la madre", pero en vez de eso, entramos al obscuro mundo del World of Warcraft.
Claro que pasamos mucho tiempo juntos, : /gameplayed mejor dicho. Eramos los dueños del Dungeon, nos invitaban a varios Crews, nos sentíamos tan exitosos y populares, que se nos olvido que éramos dos veinteañeros, que no habían entrado a la universidad y se conectaban por modem.
Cuando despertamos del coma en el que nos metió el WOW, todo cambio, y fue así como por salud mental y económica nunca, NUNCA!!! (Juré junto a la caja de mi edición especial con expansiones) volvería jugar online.
La moraleja de mi historia es que si quieres compartir algo con alguien que te importa, que sea la cama, las pringles y los condones.