Actualmente, bajo capas de musgo tierra y pasto húmedo están creciendo los hongos que invitan a alterar nuestro estado de consciencia. Es de esperarse que existan filmes influenciados por el reino fungí.
Recuerdo con misticismo la primera vez que comí hongos alucinógenos: al acostarme boca abajo sentí mi respiración partiendo la tierra bajo el pasto verde, que para entonces estaba pintado de sepia a causa de la luz de un atardecer naranja. No eran los colores y sonidos que se habían presentado, más bien era yo el que había despertado de la monotonía visual de las calles grises de pavimento.
En “Jardines de Dios”, documental hecho por el canal Odissea de España, podrán encontrar una investigación articulada en un año sobre drogas naturales, que podemos asumir como un punto de vista desde el consumidor para influenciar, o no, a los que pretenden comer hongos éste año.´
Pero no todos los “trips” son cursilería, algunos tienen la pesadez de una pesadilla como si liberaran los demonios atrapados en el inconsciente. “Shrooms” es una película de Paddy Breathnach que alude un mal viaje, porque a pesar de ser un relleno cinematográfico, se centra en la actividad de comer hongos, pero desluce la introspección del viaje al ser un film que pertenece al género del terror.
En algún momento los viajes nos transbordan al espíritu de gozo para explotar en risas que hacen doler el estómago de felicidad insaciable, eso me hace recordar que existe un largometraje mexicano llamado “Cinco de chocolate y uno de fresa”, un intento de película psicodélica mexicana protagonizada por Angélica María.
Trata sobre una monjita que se vuelve subversiva después de comer por accidente hongos alucinógenos, lo que la hace hilarante.
Finalmente, si quieren ver una película mexicana que llegue a tocar la seriedad del consumo de hongos como una búsqueda personal, les recomiendo “piedras verdes” del director Ángel Flores Torres.
Nestor Leonel E. Ordóñez
Twitter: @leonestoro