Atrás quedaban diez largos años de silencio, extendidos rumores sobre su continuidad o no en el mundo de la música, e incluso sobre su salud. The Next Day, agitado en las redes y las plataformas, se pone ahora a la venta para callar muchas bocas. El Duque ha vuelto, si es que alguna vez se fue.
Porque de un icono como Bowie no puede decirse nunca que ya no está. No es que sea un personaje emblemático, mediático, importante, de esos que aunque se pegue una despanzurrada fenomenal la va a convertir en oro y acaparar atenciones. Que lo es. Pero no, con Bowie hay que ir más allá. Probablemente sea uno de los cuatro o cinco artistas -y lo mismo ya he numerado de más- con mayor impacto e influencia en el mundo de la música de los últimos cuarenta y cinco años. Esto es indiscutible, te guste más o menos. Su rastro, esté él o no presente, o mejor dicho, activo, se puede seguir a lo largo de los años y en todas direcciones, tras los pasos de una innumerable pléyade de bandas y artistas.
Lo curioso de Bowie es que tachado siempre de vanguardista, no solamente por su “agresividad” de imagen, especialmente acentuada en otros tiempos, a la par que innovador, realmente nunca ha inventado nada. Eso sí, siempre fue un mago para recoger de aquí y de allá tendencias emergentes, manosearlas, remezclarlas y devolverlas al mundo en una forma pulida, con su toque personal y su carisma, elevándolas y convirtiéndolas en movimiento dominante. Una especie de alquimista de la música. Quizá el mejor. Creo que ya dijimos algo parecido durante el aniversario de Ziggy Stardust. Ahora bien, ¿qué se puede esperar del genio a sus casi setenta años? La verdad es que esta pregunta la debería responder cada uno. Particularmente pienso que en un tiempo -ya largo- en el que una vez tras otra la sucesión de tendencias emergentes versan en torno a constantes revisitaciones de géneros y estilos pasados, el viejo Bowie poco podría hacer con su varita mágica. Quizá un disco de esos que se hacen para que la gente no te olvide del todo y el mercado de algún rédito más. Uno de esos que resultan algo tostón y que a veces son calificados con el eufemismo de disco de madurez. Pues bien, en parte The Next Day me cierra la boca. Y en parte no.
The Next Day no es ni muchísimo menos un disco cualquiera, plano y sin inspiración. Todo lo contrario. Es un trabajo concienzudo, pensado, trabajado y hecho con gusto y atrevimiento, nada de trámites mercantiles y/o mediáticos forzosos. No es lo mejor de Bowie, pero tiene una serie de temas muy brillantes que, en número, están por encima de la media de lo que se encuentra normalmente. El disco entero escupe calidad por los cuatro costados más allá de que la inspiración en ésta o aquella canción esté más o menos arriba. En conjunto un álbum muy firme que, para mi gusto, está muy por encima, salvo alguna excepción, de todo lo que ha hecho en los últimos 30 años, lo cual es ya decir mucho. No me la cierra porque creo que esta vez no tenía demasiada vanguardia en pañales de la que tirar, y que vaya a generar algún tipo de onda es algo que está por ver. Quizá los tiempos del Camaleón influyente ya pasaron, pero en cualquier caso esto es algo que certificará o no el tiempo, por tanto, es una simple aseveración a medias.
Y sin embargo un buen manejo de lo retro puede ser vanguardista. David Bowie no especula con estilos de otros. En The Next Day juega consigo mismo y su pasado, algo que queda sobradamente claro con ver laportada, un juego sobre la original de Heroes, uno de sus dos discos del año 77, y que nos vaticina que va a haber mucha melancolía sonora hacia aquella etapa berlinesa compartida con Iggy Pop. Una vez que nos recuerda en el tema homónimo que “Here I am, not quite dead”, empezaremos a sentir un buen montón de sensaciones del krautrock experimentado en aquella época. Pero no solamente. Habrá pedacitos de cabaret, de glam, de coros muy “Ziggy”, de after-punk con tonalidades oscurillas, de emociones y regustos ochenteros (que en su día no se le dieron demasiado bien), e incluso atonalidades cuasi-experimentales, pero casi todo el tiempo mucha fuerza, guitarras duras, y contundencia vocal, por mucho que a veces no sea fácil esconder que las cuerdas vocales que la soportan tienen la edad que tienen. Incluso Where Are We Now?, en apariencia un single-balada blandito y de difícil encaje con el resto del disco, consigue ir creciendo en sí mismo hasta tener un algo que no logras sacarte de la cabeza. Por cierto, es un tema que sin mucha dificultad, parece apuntalar del todo el retorno a Berlín. Huele a carta a Iggy Pop.
De modo que el abuelo Bowie ha optado por revisitarse a sí mismo, y el resultado es más que notable. Ha conseguido que postulados viejos aporten luz, y ante esto uno no puede más que quitarse el sombrero. The Stars Are Out Tonight, siguiente clip que hemos podido degustar -junto a Tilda Swinton en impagable juego de androginia y clones al Bowie joven-, y canciones como Love Is Lost, Valentine’s Day, (You Will) Set The World On Fire o You Feel So Lonely You Could Die son ejemplos de lo que puede hacer un maestro con diversos estilos, y de paso dar alguna que otra sopa con ondas. Aquí lo tenéis, con 66 castañas, poniendo las cosas en su sitio con The Next Day.
Tracklist de The Next Day:
01. The Next Day 3:51
02. Dirty Boys 2:58
03. The Stars (Are Out Tonight) 3:56
04. Love Is Lost 3:57
05. Where Are We Now? 4:08
06. Valentine’s Day 3:01
07. If You Can See Me 3:16
08. I’d Rather Be High 3:53
09. Boss Of Me 4:09
10. Dancing Out In Space 3:24
11. How Does The Grass Grow 4:33
12. (You Will) Set The World On Fire 3:30
13. You Feel So Lonely You Could Die 4:41
14. Heat 4:25
Bonus tracks:
15. So She 2:31
16. I’ll Take You There 2:44
17. Plan 2:34