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Portada: Simon Bisley |
“They don´t call me the main man for nothing”
-Lobo-
¿De qué sirve la seriedad en todo momento? Dicen que ni si quiera la vida es tan seria como para tomársele en serio —por muy redundante que esto parezca—. El dejar de reír y ver las cosas, aunque sea un poco, a través de esa ventana de la comicidad puede ser simplemente los clavos que se añaden poco a poco al ataúd de un muerto en vida.
¿Quién mejor para tomarse la vida con poca seriedad que el Joker? Éste personaje que a lo largo de la historia de Batman ha tenido diferentes facetas. Desde el criminal más despiadado, caótica y la representación misma de una fuerza indetenible, hasta el personaje bufón, idiota y patético que se representó en los años sesenta. El Joker es como el personaje de las mil caras, las mil historias, demasiadas vidas y pasados. Es un ente al que se le puede dar una infinidad de usos ya que él es moldeable a estos.
Así que con todo esto ¿quién mejor para contratar al caza recompensas más maldito del universo DC? El Joker le ofrece diez millones de dólares a Lobo para que éste humille a Batman de forma tal que Gotham City lo odie y le tema. Y Lobo —fiel al dinero— así lo hace. Comienza una cacería encarnizada para humillar a Batman. Claro que, como la vida no es seria, tampoco lo es este universo paralelo del Caballero de la noche, en el que vemos a un Alfred como comisionado de la policía, a un James Gordon que se ha convertido en el mayordomo de Bruce Wayne, a un Robín de dudosa preferencia sexual y a un Nightwing que parece que anda en chochos o esteroides ya que no deja de sonreír y su musculatura es como un globo inflado casi hasta reventar. The Main Man no deja de ser quien es, frívolo y despiadado, más que ser malo, es un tipo que sabe hacer su trabajo, ir sobre de el mismo con todos los medios que dispone. Y Batman, fiel a su sentido de la justicia no puede permitir que Lobo destruya su ciudad y mucho menos que manche su nombre. El enfrentamiento es interesante pero, a todas luces, desigual.

Alan Grant y Simon Bisley —el mejor dibujante que se conoce de Lobo gracias a sus imágenes bizarras cargadas de violencia—, hacen de este uno de los crossovers más memorables gracias a que retocan de excelente forma las personalidades tanto de Batman como de Lobo.
Al leer Batman Lobo no se llega a lugares profundos de la psique humana o del héroe, sin embargo, sí hay parodias muy bien logradas de un héroe que en los últimos años ha retomado una popularidad que se creía perdida gracias a los bodrios de películas que existieron. Si son amantes de la sangre y el gore, nada mejor que esto, ya que pocas veces podemos ver a uno de los personajes más serios de DC en estos niveles de lo grotesco y el absurdo.
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