Diego Rivera realizó la obra mural que decora la entrada principal del Estadio Olímpico Universitario en 1952, a los 66 años de edad, un lustro antes de su muerte.
No la termino.
Esta es la historia de la escultopintura que no fue.
C.U. es patrimonio cultural de la humanidad, y su estadio, el Olímpico 68, cede de unos juegos y participe en algunos de los movimientos sociales de mayor importancia, buenos y malos, no se queda fuera de esta distinción. Pero es también, y con mucha ignorancia de la mayoría de los asistentes a el, una obra incompleta. Si bien la estructura como tal no es diferente a los primeros bocetos, claro, si es por su fachada un proyecto a medias, que implicó a dos grandes exponentes de la pintura en el siglo XXI.
Junto a Juan O'Gorman, Diego Rivera se inscribe con mayor solidez la tendencia que vincula abiertamente el realismo con la tradición cultural nacionalista en lo que fuese esta obra, en especial la que destaca la importancia del mundo prehispánico. Por esta razón, la iconografía mesoamericana tiene una fuerte presencia en las obras que ambos ejecutaron en el campus universitarios.
El relieve mural La Universidad, la familia y el deporte en México, de Rivera, se ubica en el acceso principal, sobre el costado oriente. El altorelieve, constituido por piedras de colores naturales (tezontle, de río, tecali y mármol, entre otras) aplicadas con cemento, directamente sobre el muro en talud, es sólo una parte de la propuesta original. más ambiciosa, que consistía en recubrir la totalidad de los muros exteriores del estadio.
La obra no se concluyó, uno: por cuestiones presupuestales y tal vez, –como lo apunto Pérez Palacios– por la salud del pintor. La parte inconclusa, según los historiadores. fue trabajada con una técnica similar a la de los constructores de Mitla.
Diego conjugó, de manera ecléctica, representaciones diversas: el escudo de la Universidad Nacional como imagen del mestizaje; referencias a raíces prehispánicas como mazorcas, nopal y la serpiente emplumada, junto a una valoración de los trabajadores anónimos y su relación con las fuerzas sociales. Toda la obra se pensó como un referente nacionalista.
Y fue el mismo Rivera quién definió su obra como una "escultopintura", y se refirió a ella como la realización más importante de su vida como obrero plástico. "A mis posibilidades individuales de invención y construcción, a mi sensibilidad creadora, se han sumado 70 sensibilidades de obreros admirables. albañiles y canteros que son tan artistas como 12 pintores y arquitectos que hemos trabajado juntos", dijo entonces.
El relieve muestra al águila mexicana y a un cóndor andino sobre un nopal. Extienden sus alas para resguardar a tres figuras desnudas que aluden a la familia. El niño de frente, en la parte central, simboliza la paz y unión. Sostiene en sus brazos una paloma y es producto de la fusión de un hombre español de cabello claro con una mujer indígena, ubicados cada uno a su lado, de perfil, con los brazos extendidos hacía su hijo. Son resguardados por una pareja de atletas que encienden la llama olímpica. En la parte inferior se encuentran elementos de la cosmovisión mesoamericana: Quetzalcoatl, cuyo cuerpo ondulante es decorado con mazorcas, sustento vital de la población indígena.
Imágenes de "Como se vería completo" el Estadio Olímpico Universitario.
En el boceto original se proyectaron detalles que no se llevaron a cabo. El mundo contemporáneo estaba representado en la parte central del autorelieve, que es la fachada principal. La acción llevaría a colocar atletas que avanzaban en dirección al fuego olímpico, acompañados con jugadores de basquetbol y de fútbol americano.
En la parte inferior, estarían colocados dos pumas, que flanquearían el acceso, y sus cuerpos se orientarían hacia los extremos, donde Diego Rivera ubicaría al mundo actual.
El artista también realizó obra en el interior del palco del rector con la técnica de esgrafiado sobre pasta color óxido en las dos caras de un muro curvo de concreto.
En el lado concavo dibujó el mural La llama olímpica; en la cara convexa, otro que simboliza la fundación de México-Tenochtitlán.