Han marcado rutas creativas para quienes lo hacen, para quienes lo contemplamos; han creado una red cómplice que disfruta del buen cine; han generado una de las avanzadas comunidades dentro de la escena en esta ciudad. Desde los años cincuenta, los cineclubes dotan de identidad a barrios y brindan herramientas para ver con mejores ojos las propuestas más vanguardistas...
El Cineclub es, hoy por hoy, el espacio creativo que se estaba buscando.
A sus inicios, con un toque afrancesado, los Cineclubes en México eran un fenómeno que parecía imparable para su futura historia, pero también fue la misma la que documentó una lucha anónima por ver otro cine además de las megagrandes producciones para así, entender y valorar a un arte que va más que el simple y llano entretenimiento.
Si bien el boom de estas propuestas fue a mediados de los años sesenta, en posteriores ha habido una adecuación a los usos y costumbres de la juventud de cada época. Ellos son los que a futuro pueden prolongar el gusto, como en los sesenta lo hizo Nuevo Cine, por mencionar un ejemplo. Se trata de un hábito que se transmite, transmitía, de generación en generación.
Actualmente, la politización de la cultura o la legitimación de su acceso, ha hecho de la experiencia del cine como un acento social. La balanza se ha inclinado más hacia este lado, y hoy en día es una fórmula eficaz para recuperar la vida pública por medio de espacios donde la gente pueda intercambiar más que mensajes.
Cada barrio es una propuesta distinta, como la ciudad misma: El Foro Arteria, en Tlahuác, especializado en el underground; en Santa María la Riber, el Calmecac se ha pensado más como un faro en contra de la delincuencia en la zona; desde hace unos años, el Cineclub en Revolución se ha especializado en cine mudo con música en vivo, y estos son solo algunos ejemplos...
Cuando la Cineteca Nacional está a reventar, se agradecen proyectos como Cinenauta. Sus creadores empezaron como una distribuidora de cine independiente, pasaron a crear dos licenciaturas de cine impartidas en el Centro de Estudios Cinematográficos (CEC) y ahora le apuestan por esta exhibición en una sala para capacidad de 40 personas.
La cartelera se alimenta fácilmente: cualquier realizador cinematográfico puede llevar su obra para ser evaluada y exhibida. Además, cuentan con un programa "Cineteca va" que busca la divulgación en espacios nuevos alternativos. Cada año agregan trabajos para la Muestra Internacional de la Cineteca, así como de películas que rotas en festivales.
El espacio, ubicado en Coyoacán, cuenta con un teatro abierto para unos 240 asistentes, donde obras se presentan a diario. La idea es simple: mantener fresca la cartelera para el visitante, para el creador y para la comunidad, así, el debate se mantendrá puntual alcanzado su objetivo principal: generar una comunidad.
Cinenauta se encuentra en Coyoacán, en Carranza 93; tiene un costo de $40 general, $20 para estudiantes y profesores; puedes seguirlos en @CinenautaMX
Si te intereso la historia de los Cineclubes, visita algunos de los que actualmente permanecen con una cartelera viva:
- Cine Tonalá –Tonalá 261, col. Roma–
- CineClub Condesa DF –Veracruz 102, col. Condesa–
- Film Club Café –Manuel Ávila Camacho 53160, col. Naucalpan–
- RPositivo –Maltrata 3, col. San Jerónimo Aculco, Delg. Magdalena Contreras–
@Alanwrs