H Y P E

Entre el fútbol y la historia: una ciudad


¿De quién es el fútbol? ¿Tiene como dueño a las televisoras, las grandes empresas, los inversionistas? ¿Dónde surge el fútbol? 
Hace más de un siglo que forma parte del común crecimiento de sociedades al rededor del mundo, pero, hay lugares donde su historia se convirtió en un proceso de claroscuros. 
Las grandes ciudades hoy se detienen para ver rodar el balón en otras latitudes. 
El fútbol, por más manos encima, nunca ha abandonado su lugar de origen.
 
La gente. 
Ésta es la historia de nuestro fútbol a través de las calles, barrios, esquinas y coladeras donde ha sido jugado. 
¿Quién es el dueño del fútbol? El fútbol es de quien lo practica, lo adopta y lo hace ser... 

Se vive en el mundo otro mundial de fútbol, Brasil, sede de la vigésima ceremonia, se debate en problemas sociales al rededor de la fiesta deportiva. México está, el mismo día que estas líneas salgan a la red, decidiendo su futuro en la justa frente a Camerún.

Una ciudad, que en esta sección normalmente se define por otras agendas, hoy se paraliza frente a televisor, pantalla, bocina o medio que tenga como actores a 22 personas detrás de algo tan simple como una pelota... 

¿Si es así el comentario de aquellos a los que no les interesa para nada el deporte, cierto? Lamento informar que este texto es para aquellos a los que si les gusta el fútbol. Aquellos que como yo, habitantes de una urbe como Distrito Federal, la pelota representa más que un objeto de ocio, o político, o distractor como en presentes días. 

Hay ciertos ciudadanos que reconocemos el sonido de bulla en la calle, los golpes del balón en zaguanes o puertas, la rechifla de las decisiones no arbitrales y los golpes entre humanos por goles a último minuto. ¿Cómo? Porque hemos crecido en el mismo lugar donde el fútbol reside, y lo ha hecho desde fechas inmemorables. 
Aunque no lo parezca, hoy lo que vemos en la televisión como el espectáculo más grande del mundo, tiene su fuerza en cada barrio, al menos del país, donde toma fuerza. 

Podremos meternos en problemas culturales, charlas sobre la forma en que el fútbol se puede politizar, estigmatizar, enjuiciar y reprochar como el mal de todos nuestros males. Tema discutible, si. Pero en este momento no nos detendremos ahí. Daremos un paseo por la historia del fútbol nacional, a través de las calles sucias de las que ha salido, conoceremos los barrios donde el fútbol es más que un pasatiempo y tal vez, reconozcamos que el fútbol en nuestro país es un tema tan cultural, que sale de nuestras manos. 

Colonia Británica de México -1902-

A principios de siglo, los mexicanos adinerados pertenecientes a elites de la sociedad practicaban un deporte ingles a influencia de los más cercanos. El 19 de Octubre de 1902, la Colonia Británica de México, representada por el British Club, jugó el primer partido de fútbol en la capital mexicana, dentro de un campo cercano al Paseo de la Reforma, de manera oficial. 
Las ladies de la época recibían a los jugadores al término con la clásica hora del té, convirtiendo esto una tradición al termino de cada encuentro. 
Eran encuentros sociales de muy alta etiqueta y gentileza. Al comienzo del siglo XX, la liga de fútbol era en mayoría por franceses y alemanes, quienes al estallo de la Primera Guerra Mundial, decidieron enlistarse dejando puesta la semilla del fútbol en el corazón del país. 

Ya se sabía del equipo Pachuca en el estado de Hidalgo, equipo de mineros que disputó el primer encuentro de este nuevo deporte en el país, pero no es en la capital la entrada al fútbol hasta inicios de  los 1900´s. Durante 1910, la élite porfirista fundó el primer equipo en San Pedro de los Pinos, con un presupuesto casi mediocre, consiguieron lo suficiente para el balón y los palos para la portería y se instalaron en un terreno de la Col. Condesa, reforzados por algunos ingleses residentes surgieron campeones en 1912. El nombre del equipo era el Club México.

Después de la Revolución, el fútbol se popularizo y salió de las manos de los ibéricos y franceses que se hacían de el, acercándose cada vez más a los sectores populares. 

Real Club España -1912-

Asentados en los barrios pobres de la Santa María la Ribera, el Club España se clasificó como el equipo ganador y dominador de la capital en 1912, se disputaba el título con el equipo de Asturias en 1918, que nunca dejó de ser el equipo de excelencia para la corona española, añadiendo después el "real" por su excelencia el rey Fernando IV. 

El fútbol. aristocrático por tanto español, pero más integrado por su comunidad en los barrios de la ciudad, empezó a acercar a los barrios al deporte, comenzando así su popularización. En escuelas privadas, los sacerdotes se encargaban de enseñar el fútbol a niños estudiantes de los colegios, como el Franco Ingles, donde europeos, arremangaban la solapa y se ponían a dar patadas en los jardines del colegio, como el de la casa de lo Mascarones, que aún se ve pasando el metro San Cosme.

De esos colegios surgió un equipo llamado "Club América", que en 1917, se integraba de chavos de clase media, todos estudiantes y nacidos de la ciudad. Eran el equipo sensación, llegaron a disputar partidos hasta en Guatemala, como representativos nacionales, y por supuesto, se apoderaron de la liga de la ciudad hasta 1925. 

Club América -1917- 

Para la temporada 1925-26, el empresario W.H. Einseberg patrocinó a 2 clubes que jugaban en los llanos de la Condesa: "El Tranvías" y "El Luz y Fuerza" que dieron como resultado de la fusión, y tomando como referencia el poder que la luz eléctrica le había concedido a la ciudad, el equipo "Necaxa" que se sostenía con el respaldo económico de la compañía eléctrica. Los jugadores podían tener acceso al juego del fútbol, además de hacerse de un lugar en la empresa como ingenieros. 

Regresando, en 1916 el impacto social hecho por el fútbol en la clase obrera de la ciudad era irreversible. Las empresas y dueños ponían a competir a su nomina para buscar poner en alto el nombre de la empresa en el cancha de fútbol. Eran innumerables la cantidad de equipos que había en los llanos de la ciudad, como los de la Narvarte o los de Tacubaya. Ni se diga la Condesa. 

Las clases populares se acercaban a los terrenos enrejados para ver correr a hombres detrás del balón, regresaban al barrio y lo adoptaban con el humor del mismo. "Cancheros" o "Mañosos" eran los apodos que se les ponía a los jugadores de barrio por las artimañas realizadas en el terreno de juego. 

La liga "Spaoulding" de llaneros de la ciudad era el escenario para mediados de 1925, y tuvo en su organización a casi todos los equipos llaneros de la capital, pero no fue hasta 1927 donde se unió el que sería el más popular: El Atlante. 

Atlante -1927-

La figura del antiguo Club España se había inmortalizado, el fútbol empezaba a ser ese festejo guapachoso y de argüende de los años 50, se sabía que al termino de los juegos del Atlante los jugadores preferían el danzón y las cervezas bien frías. 

Al inicio del Siglo XXI, Álvaro Obregón festejo la consumación de la Independencia de México, y celebró el primer torneo nacional de fútbol, donde equipos de provincia con calidad, como los de Orizaba, Veracruz o las Chivas y Atlas de Guadalajara, se dieron cita en la capital para disputar ese campeonato. 

La gente en las tribunas gritaba "Mueran gachupines" ya que la final del torneo se disputó entre dos equipos ibéricos, y el que resultó campeón fue, claro, el Club España... 

Así, nos podremos trasladar a las historias del fútbol en los barrios del primer cuadro de la ciudad, de Tepito, de Lagunilla, de Providencia o San Felipe de Jesús, de Tacuba o San Cosme, de cualquier parte de la ciudad donde se haya rodado un balón...


Ahora ya conoce, que el fútbol en su máxima expresión solo necesita de una sola cosa:
 Su identidad. 



@Alanwrs