Antes de intuir siquiera un minúsculo detalle sobre el sexo ya sabía por el cine que el humo del cigarro era el marco perfecto para adornar la escena de amor. De entre todos los fluidos, gemidos y gestos el humo era el único que no combinaba con la boca, parecía ser el único personaje ajeno al acto, pero de alguna manera era la manifestación sublime de un vicio solapando a otro vicio.
Sólo los que fumamos religiosamente entendemos éste vicio como un acompañante a quien no le tenemos que hacer conversación y aún así te hace sentir bien como si cada bocanada dilapidada fuera un recuento de los daños de las últimas horas.
Coffe&cigarettes 2003
En Coffe & cigarettes la opresión del tabaquismo se mezcla con la figura del café, en éste film de Jim Jarmush se hilan historias en blanco y negro que hacen brotar el color cenizo del cigarro y la negrura de la espesa cafeína.Fumar, fumar y fumar...

Humo del vecino 1995
“Humo del vecino” es una gran película simplemente porque uno de los guionistas y directores es el escritor Paul Auster, quien logra imprimir el ambiente de sus obras en el encuentro con personajes singulares que narran sus patologías y se unen en sus ganas de dejar de fumar.

Gracias por fumar 2005 de Jason Reitman
Gracias por fumar es una película ligera que sirve para pasar el rato y entretener la pansa con un banquete de palomitas (o cigarros), la historia es simple: un hombre que defiende los derechos del fumador y al mismo tiempo se preocupa por lo que proyecta a su hijo.Ni siquiera se porque hablo de ésta película, probablemente por que el título aligera el vicio como si la cajetilla corriera por su cuenta.
En la historia del cine hay un abanico de personajes que se esmeran en pronunciar su adicción como parte de su personalidad, probablemente para delinear su ansiedad, sus frustraciones o la aparente fijación oral que los envuelve en la autodestrucción de una muerte lenta.
Un ejemplo es Jean-Paul Belmondo en la película de 1960 "Sin aliento"

Otro vicioso del cine era Jamen Dean en "Rebelde sin causa" de 1955

Fin
En la historia del cine hay un abanico de personajes que se esmeran en pronunciar su adicción como parte de su personalidad, probablemente para delinear su ansiedad, sus frustraciones o la aparente fijación oral que los envuelve en la autodestrucción de una muerte lenta.
Un ejemplo es Jean-Paul Belmondo en la película de 1960 "Sin aliento"
Otro vicioso del cine era Jamen Dean en "Rebelde sin causa" de 1955

Fin
Nestor Leonel E. Ordóñez
Twitter @leonestoro