Sábado 1 de Marzo; Deportivo Lomas Altas.
Son las 10:00 am; Nrmal DF dará inicio en 4 horas.
Siento emoción, angustia, ansias, desesperación, calor, hambre...
Algo nuevo siempre es extraño. Nrmal es diferente.
¿Como reaccionaremos?
Que todo sea por el amor al rock&roll...
Había algo ese día, algo no estaba en su lugar de siempre. Desperté y de inmediato me enlisté; una playera holgada y algo rota, claramente arrugada y sumamente cómoda, tenis dispuestos a bailar en la tierra y descansar en el pasto, el mail me ubicaba en la taquilla a las 12:00 de la tarde, eran las 8 de la mañana. Escribí con amigos y decidimos entrar antes, su mail confirmaba que debían estar listos antes de las 11 ya acomodados en el Mercadito del festival.
No nos dimos cuenta, o lo notamos muy tarde: al llegar, la seguridad, el venue, el ecosistema era parte del ejercito mexicano. ¿Como podría convivir el libertinaje, la diversión, la cultura o eso que implica un festival, con el orden extremo de milicia? Aquí Nrmal y su equipo me recibieron con una sonrisa: "Esta todo bien, es otra forma de romper el paradigma; es el amor al rock&roll".
Caminaba entre gente que entraba y salía, algunos con globos, con cajas, con letreros de escenario y uno que otro instrumento. El equipo Nrmal estaba en el preámbulo de dar inicio a la (posiblemente) versión más arriesgada de su festival. Innegable la amabilidad, la sonrisa recíproca por donde se fuera; cuando se es un primerizo tratas de encajar y amistar con todos a tu alrededor, muy vagamente pensé en una razón por la cual en la taquilla, la carpa de medios, la organización y hasta en el filtro para el baño nos saludábamos todos, todos, con un grato abrazo. Nrmal no es un festival novato, ya con 5 ediciones en el currículum se ha sacudido ese dogma, pero si es un festival de amigos y familia, un ambiente de fiesta entre un caos amable, un festival de esos donde lo único que importa e importará será el buen rato. Si es Monterrey o D.F. no importa, que Nrmal mantenga ese perfil es grato.
Mi primer objetivo era conocer el festival, caminar por todas las áreas y reconocerlas. Era un espacio relativamente pequeño, claro comparando con los festivales capitalinos, pero encantaba de inmediato. Los que hemos seguido a este festival en particular, sabemos de la temática que lo caracteriza: Escenarios llenos de color con la logística de un Fun Fun Fest (escenario principal dividido en dos, para una mejor organización) con algo de tierra y no a grandes distancias uno de otro; y justo toda la esencia de Monterrey en ese aspecto fue montado a la ciudad. Primer acierto. Conocí a Mike, californiano que ha estado en Nrmal desde su estado natal, y que expresaba emoción en cada enunciado que compartimos, me contaba que llevaba 2 días montando el escenario Noisey, según el, el más punk de esta versión por la tierra remplazando al pasto y la escenografía montada. Mike estaba ansioso por escuchar a Pional en su escenario, y respetaba el trabajo de su equipo de producción: Contaba con una engrapadora, las telas intervenidas por un diseñador cuyo nombre no recuerdo recién desempacadas de Nuevo León y una cerveza. Obviamente, Mike estaba solo.
Nrmal es, claramente, un festival independiente, o made by himself, desde cualquier punto de vista. Mike estabá contento con su trabajo, no le importaba que los asistentes no conocieran su historia, el anonimato es lo mejor que ha podido encontrar; estrechamos manos y me pregunto mi nombre. Le dije que trabajaba en Coc4ine, me dio su número porque seguro necesitaría algo de "eso" para antes de Blood Orange...
Late Nite Howl
Late Nite Howl
Late Nite Howl
Llegó la hora. 14:00 en la Ciudad de México. Los globos ya en el aire, el pasto y la tierra listos. Arribaron los invitados. Late Nite Howl brindaba los primeros acordes ante unas 50 o 60 personas; la mala suerte del primero dicen algunos. Un set tranquilo, para degustar, fino. Se escuchaban excelente, por lo que decidí sentarme. ¿Que tan seguido puedes sentarte, tomar un cerveza y disfrutar de una banda dando todo arriba de la tarima? El festival había comenzado como debía comenzar: siendo un festival de música. Sin más.
El escenario Rojo y Azul compartían la misma estructura, así que, mientras el audio estaba en un costado, en el otro se detallaba lo último para comenzar a tiempo. Rancho Shampoo hizo sonar percusiones por todo el Nrmal; la gente comenzaba a entrar y enseguida arqueaba la cejas. Los columpios con tiras brillantes (como salido del escenario del Ferrocarrilero) les daba la bienvenida a la fiesta; el mercadillo y sus propuestas, carpas para la sombra y un enorme sube y baja. La parte central del festival nunca se vio más viva que en ese momento, y aún no estaba ni al 50% de capacidad.
En Mercadito uno encontraba de todo: Ropa, ukeleles, tatuajes temporales, joyería, discos, periódicos, ilustraciones, jarros llenos de manzanilla y limonadas. Mercadito fue organizado por FRENTE, y sus colaboradores estaban orgullosos del trabajo. Le dio alma al festival. Le dio color. Cada uno de los stands enmarcaba una historia de proyecto orgánico sustentable. De esos que nacen como por el puro amor al arte. La Roma Records, Mi pequeño Jardín y The Rock Lab los más asediados. Conocímos a Viri y a Gaby, diseñadoras tanto de moda como de interiores que habían regresado de Londres para darle vida a su proyecto y su primera vez en público era en Nrmal; conocimos la integridad de las personas que conforman el proyecto, mucha sonrisa y mucha buena vibra. Nrmal había cumplido con su promesa de ser este un festival entre amigos.
Destroyer
Destroyer
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No Zu
Los Monjo
Los Monjo
